Casi Héroes: Episodios 1-2

Los dos primeros episodios de «Una familia atípica» sumergen a los espectadores en las vidas turbulentas de una familia aparentemente privilegiada: cada miembro –excepto quienes se unen por matrimonio– posee habilidades sobrenaturales.
Pero el mundo moderno les pisa los talones. Enfermedades crónicas bloquean sus poderes, y la misteriosa Do Da-hae (Chun Woo-hee) aparece como una salvadora, pero sus intenciones distan mucho de ser desinteresadas.
Episodio 1: Una crisis familiar al límite
La matriarca, Bok Man-heum (Ko Du-shim), reúne a sus parientes en un acantilado, un lugar simbólico para su súplica desesperada. ¿Sus visiones? Bloqueadas por el insomnio.

La hija, Bok Dong-hee (Claudia Kim), ya no puede volar debido a problemas de salud. El hijo, Bok Gwi-ju (Jang Ki-yong), antes un viajero en el tiempo, está sumido en una depresión. Y la nieta I-na (Park So-yi) parece no poseer ningún poder.
El clímax emocionalmente cargado: Gwi-ju se lanza al mar, aparentemente en un intento de suicidio. Pero la verdad es trágicamente banal: solo quiere salvar el peluche de I-na, un símbolo de su impotencia.
Es rescatado por Da-hae, cuyo momento perfecto ya levanta sospechas.
Episodio 2: Un juego de mentiras y empatía
Da-hae reaparece, esta vez en el centro de bienestar de la matriarca. ¿Su secreto? Hipnotiza a Man-heum para que tenga el primer sueño reparador en años. Rápidamente, aterriza en la ostentosa mansión familiar que, a pesar de su papel pintado dorado y su piscina, está plagada de disfunciones.
Aquí se desarrolla la tragedia: la presión obsesiva de Man-heum por preservar el honor familiar destruye cualquier cohesión. En lugar de empatizar con la depresión de Gwi-ju, empuja a Da-hae como posible nuera, un supuesto nuevo comienzo que desemboca en un conflicto.
Cuando se olvida el cumpleaños de I-na, la situación se intensifica: las acusaciones chocan con el reproche, mientras la niña se muestra estoica.
Pero los flashbacks revelan su lucha interna: carga con el peso de la muerte de su madre y la desesperación de su padre.
Da-hae: ¿Salvadora o estafadora?

La extraña explota hábilmente las grietas. Mientras consuela a I-na (y con ello se gana la confianza de Gwi-ju), la serie revela su doble juego: forma parte de una red de estafadores que espía a familias adineradas. Su encanto es calculado, cada lágrima, escenificada.
Sin embargo, su afecto por I-na parece inesperadamente genuino, una chispa de humanidad en el cálculo manipulador.
El problema: la serie expone la mentira de Da-hae desde el principio. Cada una de sus acciones se convierte ahora en un misterio. Cuando ella corteja deliberadamente a Gwi-ju en el episodio 2, uno espera desesperadamente que él vea a través de su juego.
Pero sus gestos empáticos hacia I-na erosionan lentamente su resistencia, e incluso desencadenan un evento de viaje en el tiempo al final. ¿Un atisbo de esperanza?
Fortalezas y debilidades
La serie suma puntos con su pregunta central: ¿Cuán «normal» es una familia que se desmorona bajo el peso de las expectativas y los superpoderes?
Al mismo tiempo, tropieza con clichés:
[list][*] El personaje de Dong-hee: Su diseño de «talla grande» (traje de relleno + diálogos gordofóbicos) parece una reliquia de los años 2000, innecesario en tiempos de positividad corporal.[*] La trama del matrimonio: La precipitada intriga nupcial entre Da-hae y Gwi-ju sigue siendo accidentada. ¿Por qué Man-heum presiona tan agresivamente? La motivación parece superficial.[/list]Conclusión
A pesar de sus debilidades, la serie cautiva con su mezcla agridulce de fantasía y drama cotidiano. El papel ambiguo de Da-hae podría aportar un soplo de aire fresco, siempre que la historia profundice con sensibilidad en temas como la depresión y la presión familiar.
Queda la esperanza de que el desarrollo de Dong-hee sea algo más que un alivio cómico barato.
«Una familia atípica» está disponible en Netflix