Shangri-La Frontier - Episodio 8

A pesar de ser uno de los episodios mejor animados de lo que llevamos de temporada, también es el capítulo en el que Shangri-La Frontier me pierde.

El ritmo se ha ralentizado de forma perceptible. Se han iniciado tramas en los últimos episodios sin ofrecer ninguna resolución real.

Ya llevamos ocho episodios, y el número de misiones o el progreso relevante se puede contar con los dedos de una mano.

Aunque se supone que estas misiones son difíciles y demuestran lo despiadado que se vuelve este mundo cuando no se anda con rodeos, empiezo a preguntarme: ¿Hacia dónde se dirige todo esto?

Grindeo de niveles

Me gusta la serie precisamente por su ligereza relajada y aventurera. Pero "sin riesgo" y "sin rumbo" son dos cosas diferentes. El último episodio y medio consistió casi por completo en el maratón de entrenamiento de Sunraku.

Claro, eso puede ser importante, pero la cantidad de tiempo que se le dedica resulta preocupante, especialmente porque la "recompensa" es que lo han nombrado ciudadano honorario de los hombres-conejo. ¿Es una broma o un punto importante de la trama? Ni idea.

Se necesita más diversión

Además, las dudas de Sunraku en la lucha contra el Treant Magus: la escena se sintió innecesariamente inflada. Su momento de revelación – "Ya no puedo ser descuidado, o no voy a llegar a ninguna parte" – se sintió forzado artificialmente.

¡La serie está en su mejor momento cuando emana vibras de aventura tontas y absurdas!

Aunque la comedia funcionó bien aquí (el final me provocó un sonoro resoplido), se echaba de menos el típico sentido de descubrimiento. Esperemos que la próxima misión recupere más de ese impulso juguetón.